sábado, 29 de julio de 2017

Morra de Lechugales (2442 m)


     Hoy vamos Rafa y yo a la Morra de Lechugales. Estamos en el Jito de Escarandi, con la preciosa vista al Macizo Central con Peña Castil destacando en el medio. 


     Vamos subiendo por la pista que nos lleva al Casetón de Andara, el único refugio de éste Macizo Oriental de Picos, al pie del pico Mancondiu que le da sombra.

Como siempre, los rebecos otean desde lo alto 


La clásica vista de la antigua vagoneta de mina y el refugio


     Subimos por la canal tras el refugio, pasando por los pozos y las graveras de las antiguas excavaciones mineras; dejamos a la derecha el camino hacia el lecho del lago vacío de Ándara, y a la izquierda la senda hacia las vegas de Ándara y el Samelar.


Antiguas minas de Mazarrasa


     Miramos en dirección a la línea que sube del Cueto Tejao al Valdominguero, donde estuvimos hace poco Rafa y yo.

Subiendo bajo el Castillo del Grajal


Rebaño de cabras aprovechando la hierba entre las rocas


     Damos vista al pico de La Rasa de la Inagotable, a la izquierda y del Grajal de Abajo, a la derecha...


     ... y nos asomamos al collado del Mojón para ver enfrente las cumbres de la Montaña Palentina.


     Bordeamos el Grajal de Abajo asomándonos a la canal de las Arredondas, desde donde comenzamos a ver el circo de las montañas a donde nos dirigimos.


     De nuevo por la línea cumbrera vemos al fondo las elevaciones de la Pica del Jierru, aunque no su cumbre ...


     ... mientras que a nuestra derecha está el collado Valdominguero, donde termina la canal de Jidiello que hace de ventana a los Urrieles.

La minas más elevadas, en torno al Hoyo del Evangelista


     Por una zona de suave ladera vemos las laderas de la Silla de Caballo Cimero hacia donde nos dirigimos, y al dar un recodo nos sorprende ...


     ... un numeroso rebaño de rebecos como hacía tiempo que no veía; mientras yo voy contando y llego a más de 30, Rafa me dice " pues ahí abajo en la pradería hay todavía más"; pasan de 50 y dejo de contarlos.




     Llegamos a la altura de la Pica del Jierro, que bordeamos por una senda sin subir a la cumbre, porque nos dirigimos a la Morra de Lechugales que es el objetivo de hoy ...



     ... pasando bajo los Picos del Jierro como si fuésemos a la Silla de Caballo Cimera ahí al extremo, para tomar luego una senda bajo los mismos picos y salir a una collada a la derecha.


     Y aquí estamos, con la Morra ahí mismo; sólo hay que bordear pasando por unas viras sobre las empinadas canales y graveras para acercarse a su base.

Rafa con la vista del Macizo Central de Picos


     Se bordea sin dificultad, pasando por viras y trepando algo, sólo que viendo las caídas al Duje ...


     Y una vez bajo la misma Morra, sólo queda afrontar esta pequeña trepada de unos pocos metros, pero con importante caída; la inicia Rafa que me muestra los apoyos y agarres que hay; además un trozo de cuerda sirve de ayuda psicológica y real.


     Una vez superada la trepada, en unos pocos metros estamos en la cumbre de la Morra de Lechugales, la mayor altura de éste macizo con 2441 metros.


     Y desde aquí, ¡cómo no!, unas vistas impresionantes, primero al cercano Cortés, sobre Áliva ...


     ... ahí abajo, 1200 metros de desnivel más abajo, el río Duje y sobre él, 1400 metros de desnivel más arriba, las cumbres del macizo central, los Urrieles ...


     ... Peña Vieja, picos de Santa Ana, los Tiros Navarros ...


     ... y aquí ¡son tantos a destacar!, pero sobre ellos en la línea del cielo el más alto Torrecerredo, y sólo me atrevo a nominar también al Neverón de Urriellu saliendo a tocar el cielo.


     Con el Cantábrico al fondo, la costa de Cantabria y la sierra del Cuera se nos muestra el Samelar al fondo, con la Rasa de la Inagotable y el collado del Mojón por donde vinimos ahí en medio.

El valle de Liébana hacia Potes y las montañas del macizo de Peña Prieta 


     Y bajamos de la Morra, con menos nervios para bajar una vez que compruebas subiendo que hay agarres buenos y que se supera sin mayor problema.



     Como vimos al subir, hay varias opciones para acercarse aquí, y una de ellas, con hitos marcando el camino, pasa por las tres cumbres de los Picos del Jierro que recorremos ahora.

El Hoyo del Evangelista sin nada del nevero que otros años cubre su fondo


     Tenemos la opción de subir también a la Pica del Jierro, que ya subimos en otras ocasiones ambos, y allí vamos, pasando por la collada entre ella y los Picos del Jierro con otra ventana que nos enmarca el Central.

Cumbre de la redondeada Pica del Jierro


    Hacia abajo, la pista que sube a Pandébano, Peña Maín, los puertos de Portudera y alguna nube sobre el Cantábrico ...


     ... el pico Valdominguero y la sierra del Cuera ...


     ... y en línea con la cumbre, el Samelar, La Rasa de la Inagotable y el Grajal de Abajo por donde pasaremos ahora de vuelta para bajar hacia el Mancondiu que visto desde aquí se ve modesto.

Los paredones del Grajal, imponentes desde aquí

Vista al verde collado Valdominguero y a su pico


     Y sólo nos queda ir recorriendo el camino de vuelta, tomando la senda y algún que otro atajo ...


     ... viendo al Valdominguero - al que habrá que hacer una visita - ...


     ... y pasando de nuevo por las antiguas zonas explotadas por la minería del siglo pasado ...



     ... bajar de nuevo por la canal vaciada de las vetas de minerales hacia el Casetón de Ándara ...


     ... y pasando al lado del refugio y tomando la pista hacia el Jito de Escarandi.


   
     Y con estas bucólicas imágenes de las vacas, éstas de raza parda alpina y no asturiana de los valles o de la montaña como es habitual ver por la Cordillera, acaba esta crónica de hoy.
     Espero que os guste y como siempre
¡ un saludo, amigos !

El recorrido en Google Earth


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